MUERE GARGANTA PROFUNDA

Ha muerto William Mark Felt, cuyo nombre puede que no le diga nada al lector de este blog. Pero si le digo que ha muerto "Garganta Profunda", ya le irá sonando. Mark Felt fue el confidente que desde dentro del FBI permitió a los periodistas del "Washington Post", Bob Woodward y Carl_Bernstein, desenmascarar la trama de espionaje político entre el Partido Republicano y el Demócrata a mediado de los años 70 y que se denominó "Watergate". Este escándalo terminaría con la presidencia del republicano Richard_Nixon. El caso "Watergate" ha sido uno de los más penosos capítulos de la historia política norteamericana contemporánea, pero a la vez supuso la confirmación de uno de los valores que hacen grande a las democracias en general, y a la norteamericana en particular: la capacidad la sociedad civil y en este caso de los medios de comunicación de influir, y hasta lograr destituir, a un poder político tramposo y corrupto, con el único uso de la palabra y la verdad. Desde ese momento histórico, ni la política occidental fue la misma, ni tampoco el poder de influencia que se le atribuyó a los medios de comunicación. He de reconocer mi fascinación por este asunto desde que vi por primera vez la película de Alan J. Pakula "Todos los hombres del Presidente". Es una de mis películas favoritas (ver mi perfil) y considero que logra obtener un equilibrio entre la fidelidad de los hechos y las tradicionales atribuciones artísticas que en toda película de este tipo se realizan.

Uno de los lugares que más ilusión me hizo en mi viaje a Washington en el año 1997 fue visitar el edificio Watergate, muy cercano al río Potomac, y lugar donde se produjeron los acontecimientos que dieron pié al este escándalo político.

Esta misma noche volveré a ver la película por enésima vez y hojearé hasta la madrugada el libro que, relatado en primera persona por los periodistas protagonistas, me permitirán refrescar mi memoria.