Parecía que no llegaría nunca pero ya nos encontramos en el periodo oficial de precampaña para las municipales del próximo 22 de mayo. Unas elecciones que va a resultar trascendental ya que por primera vez en Democracia, el Partido Socialista pone en serio riesgo su histórica supremacía en la provincia de Cádiz en favor del Partido Popular. Estamos ante unas elecciones en las que se pueden terminar con los más de treinta años de supremacía socialista en el ámbito municipal y disponiendo tanto de la Diputación Provincial como de las mancomunidades a su antojo y como partes fundamentales de su trama de clientelismo político-laboral que pueden ser calificadas perfectamente como un régimen político más próximo a regímenes autoritarios de países del Tercer Mundo.
Pero hay que ser cautos y no dejarse llevar por los insistentes comentarios que nos hacen los ciudadanos a pie de calle insistiéndo en la necesidad de provocar el cambio político en una de las provincias con más desempleo de Europa.
No se van a ir sin dar la batalla, nunca de cara, en buena lid, no saben hacerlo. Los socialistas de la provincia de Cádiz son capaces de sentar en su mesa a sus peores enemigos del pasado más reciente, sus "bestias negras". En su debilidad, son capaces de resucitar a Pacheco y darle la vida suficiente al Barroso más sectario y autoritario. Ya lo hicieron en el pasado con Hernán Díaz, al que se entregaron y consintieron sus desmanes urbanísticos mirándo para otro lado.
En este caso, la debilidad del socialismo gaditano pueden ofrecernos la oportunidad de sentar en la misma mesa de negociación a tres políticos veteranos de nuestra provincia : al propio alcalde de Benalup, a Pacheco y a Barroso, protagonistas y responsables de que esta provincia sea una de las más arruinadas de toda Europa.