En estos días se celebran en varias localidades gallegas una de las tradiciones más bellas de nuestro país: A rapa das bestas. Una tradición centenaria en el que los caballos salvajes que durante todo el año pastan libremente en los montes gallegos, son conducidos a unos recintos denominados curros en los que los mozos del pueblo cortan las crines y los desparasitan para evitar enfermedades. Una bella estampa de nuestras tradiciones que esperemos no sean objeto de la demagogia y la falsa defensa de los derechos de los animales.
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