El 1 de julio de 1997 la Guardia Civil liberaba tras 532 días de secuestro al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. La banda terrorista ETA inició a partir de entonces un periodo de declive político, económico y sobre todo social que alcanzó su punto máximo de crueldad con el cobarde asesinato del concejal vasco Miguel Ángel Blanco. Hoy que algunos quieren reescribir la Historia en su aprovechamiento y beneficio, quienes vivimos esos días no podremos desprendernos nunca de nuestra sensación de desprecio hacia los asesinos terroristas y sobre todos hacia aquellos que aún puedan tener la podredumbre moral de justificar sus cobardes actos.
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